Noviembre comenzaba con la incertidumbre de las elecciones presidenciales de EEUU que tuvieron lugar el día 5. El principal foco de atención estuvo en las mencionadas elecciones, con desenlace a priori imprevisible según la igualdad que mostraban las encuestas.
Finalmente, la victoria fue para Donald Trump y los activos americanos reaccionaron muy bien a su victoria, sobre todo los sectores cíclicos. Por el contrario, las bolsas europeas acusaron el miedo a los aranceles y aumentó la volatilidad en la renta fija.
En términos de bancos centrales, destaco la reunión de la Reserva Federal que se decidió por un recorte de -0.25% en los tipos. Decisión según lo esperado y defendió su independencia respecto al gobierno.
En China se anunció un plan de refinanciación de deuda de administraciones locales, pero sin medidas fiscales de estímulo de la demanda interna, quizá a la espera de una eventual nueva guerra comercial.
La preocupación por la inflación volvió de nuevo al mercado y eso que el IPC americano cumplió las expectativas (2.6% vs 2.4% anterior). Powell sonó hawkish, es decir un tono más duro que prioriza la estabilidad de precios frente al crecimiento económico. Eso no sólo afectó a la renta fija, donde hubo mucha volatilidad y volumen, sino también propició una toma de beneficios en la renta variable.
La inflación alemana rebotó menos de lo esperado en noviembre (2,2% vs 2,3% esperado y 2,0% anterior) e incluso la armonizada sorprendió repitiendo en 2,4% vs 2,6% esperada. A nivel europeo, la inflación repuntó en línea con lo esperado.
La inflación global está siendo objeto de reflexión por dos fuerzas clave, las tensiones geopolíticas, como las elecciones en Estados Unidos, y los conflictos geoestratégicos, como la guerra en Ucrania y el conflicto en Gaza. Ambos factores no solo afectan directamente en los precios de bienes y servicios, sino que también complican los esfuerzos de los bancos centrales para contener la inflación y cuestionan el ritmo y alcance de los recortes de tipos de interés.
Otro acontecimiento relacionado con la geopolítica, y en este caso positivo, fue el nombramiento del nuevo secretario del tesoro de EEUU que resultó tranquilizador. Scott Bessent, proviene del mundo de los hedge funds y tiene un perfil técnico que se espera priorice la economía y estabilidad del mercado a la política.
En medio de una alta expectación, el pasado 20 de noviembre llegaron los resultados de NVIDIA. Los resultados del 3T batieron las expectativas, pero las guías no convencieron. No fueron el revulsivo que el mercado necesitaba teniendo en cuenta que estos resultados era el último catalizador que tenía el mercado hasta las reuniones de los bancos centrales a mediados de diciembre. Tampoco dejaron una sensación de debilidad.
El mes lo cerrábamos con la celebración del Black Friday. De cara a la campaña de Navidad la National Retail Federation espera cifras positivas, previendo un aumento de las ventas entre +2,5% y +3,5%. El balance definitivo del fin de semana estrella de la Holiday Season (Black Friday y Cyber Monday) lo conoceremos durante los primeros días de diciembre.
Durante el mes de noviembre se siguió produciendo un desacoplamiento de la bolsa americana y la europea, reflejando las diferencias en política monetaria, resiliencia económica y liderazgo sectorial.
«A medio plazo el contexto sigue apoyando nuestra estrategia pro riesgos a pesar de que entramos en una fase de asimilación de tipos de interés más altos. Con un año llegando a su fin y con saldos abultados en los índices americanos superiores al +25% en la mayoría de los casos, posiblemente el mercado lateralice hasta final de 2024. Hasta entonces, sangre fría en esta etapa.»